lunes, 30 de marzo de 2009

LOS PROFESIONALES DE DIOS

Por JULIO CESAR QUINTANA IGLESIAS / Profesor y obrero cristiano


Creo firmemente quienes hemos recibido y respondido al llamado para servir a Cristo, también hemos "profesado" una visión y una vocación que tiene trascendencia en esta vida y en la eternidad. Nos realizamos como seres humanos e hijos de Dios al ejercer esa vocación al ser capaces de tocar una vida y por la gracia de Dios cambiarla, transformarla y brindarle la paz que todo hombre y mujer buscan especialmente en este tiempo.
Lamentablemente nuestros mentores y la presión del tradicionalismo bautista no nos han permitido ver esta realidad. Sólo son profesionales aquellos que profesan una vocación secular, para llamarlo de alguna manera. Es por eso que muchos pastores y misioneros no se valoran ante el mundo PROFESIONAL, como lo que realmente son, LOS PROFESIONALES DE DIOS.
Aquellos que realmente profesan una vocación de trascendencia eterna, aquellos que deben actuar con profesionalismo ante las eternas demandas de Dios, profesionalismo que debe ser actuado en todo el significado etimológico de la palabra, el siervo de Dios también es un profesional.
Por eso, muchas veces me pregunto ¿Dónde están los profesionales de la eternidad? Son los grandes ausentes. Este creo es un gran reto para nosotros porque se que más de uno dirá que no hemos sido llamados para lucir un profesionalismo, pero si hemos sido llamados para reflejar la gloria de Dios en nuestras vidas, para honrar el nombre de nuestro maestro y eso es suficiente para ser un profesional. No es para lucirlo en eventos, más bien para influenciar vidas, tocarlas y cambiarlas por la gracia de Dios. Con esto no estamos reclamando un lugar, una posición, más bien un espacio para ejercer la influencia del evangelio de Cristo en medio de aquellos que profesan una vocación.
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COMENTARIO DEL EDITOR: El autor tiene mucha razón y tal vez arbitrariamente estamos dejando de lado a los verdaderos profesionales de Dios, aunque el llamado es para todos.

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